martes, 27 de julio de 2010

El machismo de Mi Iglesia

A menudo Mi Santa Iglesia recibe injustas acusaciones de machismo. El hecho de que las mujeres no puedan alcanzar el sacerdocio ni, por ende, tener acceso a ningún tipo de cargo de responsabilidad en una institución tan proverbialmente jerarquizada como es la que vertebra tan sagrada institución, puede llevar a confusión a aquellas mentes díscolas tendentes a la fácil tentación de negarse a sojudgar cualquier tipo de pensamiento a la iluminadora luz de la fe. Ante estas falacias es necesario reivindicar el papel de la mujer en el seno de Mi Iglesia. De hecho, la mujer debería estar agradecida y halagada por haberle sido tan generosamente encomendada la importantísima responsabilidad de atender a los enfermos, barrer, limpiar, fregar, lavar, planchar, cocinar, coser y bordar, entre muchas otras, así como la más discreta función de aplacar ocasionalmente el fuego carnal, cuando este se desata irrefrenable, entre aquellos miembros heterosexuales de Mi célibe comunidad sacerdotal que renuncian a derrochar su amor con los tiernos y apetecibles impúberes cuyo cerebro esta siendo ejemplarmente moldeado con el objetivo de fomentar su fe en Mí. Este tipo de vitales funciones permite a las mujeres de Mi Iglesia realizarse sirviendo a su Dios, por medio de una servil subordinación a la jerarquía masculina. La mujer no ha de pretender pastorear al rebaño, sino gozar de la inigualable y despreocupada dicha de formar parte de él, limpiando, siempre que sea necesario, los restos orgánicos a su paso. Como bien dijo el bueno de Benedicto: "es imposible e inútil el querer imaginar una Iglesia sin la aportación femenina".


Y para aquellos más escépticos no puede haber mejor prueba del papel protagonista de la mujer en el catolicismo, que la de Vuestra Señora la Virgen María, figura central de Mi religión, por haber traído al mundo tras concebir, por obra y gracia del Espíritu Santo, al mismísimo hijo de Dios. ¡Qué mayor privilegio que el de gestar en su purísimo vientre de alquiler a Mi chavalote!. ¡Aquí sí que no cabe interpretar un papel femenino secundario!. Ni más ni menos que una mujer dándole descendencia masculina a un Dios tan machote como Yo, con la ayuda de un palomo. ¿Alguien osa desafiar Mi ira justiciera acusándome de machista ante semejantes argumentos?.
Además, las mujeres también tienen permiso para ejercer el sacramento de la oración, con lo que eso supone de privilegiado acceso a Mí. Yo os garantizo, hijos Míos, que son escuchadas prácticamente con el mismo interés que los rezos masculinos.
Hay que decir que si la iglesia fuese machista el grueso de su feligresía practicante no estaría formado por mujeres, muy especialmente las de mayor edad. Bien es cierto que en muchos casos dicha edad es la que les ha permitido mantenerse a salvo de los perniciosos efectos de avances sociales como la igualdad de género.
El avance del feminismo supone un desafío a la ley natural y a la voluntad divina. No basta con reinterpretar generosamente los libros sagrados para hacerlos compatibles con las nuevas exigencias del mercado. Como ocurre con todas las religiones, su exclusiva posesión de la verdad absoluta e inamovible generadora de dogmas soporta muy mal el paso del tiempo y los avances sociales. Dejan en escandalosa evidencia el carácter ya obsoleto de unos valores morales intemporales cuyo origen divino no admite anacronismos. Eso conllevaría el que esas religiones son una mera creación humana fruto de la mentalidad de épocas pasadas en las que la mujer era consideraba un ser inferior.
Por eso la mujer ha de defender su dignidad llevando una existencia dichosa en el servicio a su marido y la gestación de tantos hijos como les de Yo, con actitud que muestre en todo momento su atenta disposición. Es escandaloso como, con tantos avances, se está poniendo en serio peligro el modelo tradicional de familia. El divorcio, los anticonceptivos y el aborto son peligrosas obras del Maligno. La mujer maltratada ha de aguantar lo que le de Dios, porque así debe ser. Porque una sociedad en la que la mujer intenta emular antinaturalmente al varón buscando responsabilidades que no le corresponden es una sociedad degenerada y atea. En la incomparable labor de tutela de las libertades, Mi Santa Iglesia debe velar por el cumplimiento, siempre, de Mi magnánima voluntad, la del único Dios verdadero cuya única garantía de veracidad es su existencia probada, al fin, mediante la reveladora creación de este blog.

martes, 20 de julio de 2010

El innato impulso de divinizar cualquier cosa.

La irrefrenable tendencia humana de crear deidades para satisfacer su necesidad de creer en seres superiores y mágicos que le otorguen la tan ansiada transcendencia, tiene como consecuencia el que muchas veces se acabe divinizando cualquier cosa, por ridícula que pueda resultar. Se observa así, una poderosa tendencia por crear divinidades cercanas y cutres.
Un magnífico ejemplo de cómo surge una religión de la nada y se expande a sorprendente velocidad, es el caso de los cultos cargo del Pacífico Sur. En una época tan reciente como el siglo XX, los nativos observaban con asombro cómo los hombres blancos gozaban de grandes riquezas sin necesidad de trabajar. El asombro producido al ver tan "mágicos" artilugios como los que poseían, que no era fabricado ni reparado por ellos llevó a que en la isla de Tanna se extendiese como la póvora el culto a un tal John Frum, al que consideraron un auténtico dios que había profetizado el Apocalipsis, y cuyo mesiánico retorno esperaban en una nave metálica cargada de regalos en compañía de sus antepasados, para vivir sin trabajar en un paraíso libre de colonizadores ingleses.  Se creó toda una religión alrededor de dicho personaje, de cuya existencia no hay ninguna prueba. Como John Frum profetizó una segunda venida cargado de monedas de nuevo cuño, la gente de la isla se dedicó a gastar las monedas de los colonizadores y dejó de trabajar, hundiéndose la economía local. Llegaron a crear una pista de aterrizaje para esperar su llegada, con torres de control de bambú dotadas de imitaciones en madera de orejeras con teléfono y falsos aviones a modo de señuelo. Los sacerdotes de ésta religión aseguraban hablar con su dios John por radio. El nuevo advenimiento aún no se ha producido. El proceso se repitió con la deificación de Felipe de Edimburgo tras su visita junto con la Reina de Inglaterra en 1974. Todos los 15 de Febrero se celebra el "John Frum day".


Otro ejemplo más macabro es el de la "santa muerte", figura de culto entre delincuentes y narcotraficantes mejicanos, surgida por un proceso sincrético entre diferentes deidades tanto prehispánicas, como procedentes de Mi propia religión monoteísta.



Un culto que comparte ciertas similitudes es el de los "malandros" en Venezuela. En este caso se rinde culto directamente a delincuentes fallecidos con la esperanza de obtener su protección. El culto comenzó adorando a un malandro llamado Ismael y es otra evidencia de lo fácilmente que las creencias religiosas, en cuanto que creencias irracionales fundamentadas únicamente en la facilidad humana para creer en lo sobrenatural, surgen y se hibridan y se escinden de los existentes para dar lugar a nuevos objetos de culto, de forma completamente irracional. 

 
En el cerro Rico,  situado en Potosí, Bolivia, se le rinde culto a una figura de unos 70 cm a la que se ha bautizado con el nombre de "el Tío". Este tiene su origen en una representación del Diablo colocada por los españoles para "vigilar" el trabajo de los incas. Ellos, comenzaron a ofrecerle ofrendas para buscar su protección y le agregaron un gran falo. Aseguran que es él quien manda bajo tierra.



Éste proceso de crear "becerros de oro" a los que poder adorar ha sido repetido infinidad de veces a lo largo de la historia humana y ha desembocado en el innumerable número de dioses existentes, con la única excepción de Mi religión, por supuesto, basada en los sólidos fundamentos de Mi revelación. También tengo que remarcar que, tanto las múltiples escisiones surgidas en Mi religión desde Mi versión Dios 1.0., como el surgimiento del culto a tantas advocaciones marianas y a tantos santos, así como a todo tipo de reliquias no tiene nada que ver con el asunto tratado. Éstos cultos demuestran la facilidad para crear deidades mediante la fe en cualquier cosa, por Absurda que puedan resultar, mezclando al gusto del consumidor en muchos casos todo tipo de creencias sobrenaturales, en un sincretismo recurrente que evidencia ser un mero subproducto de la imaginación al servicio de las necesidades humanas. Estas manifestaciones religiosas pueden parecer Absurdas y cutres pero, hijos Míos, eso es lo que subyace en la fe que necesita toda religión, siempre al servicio de la necesidad de creer por creer, incluyendo a la única verdadera que es la fundada sobre Mi verdad, que queda demostrada gracias a este divino blog.

martes, 6 de julio de 2010

El Espíritu Santo.

El Espíritu Santo es la figura más misteriosa y exótica del trío de dioses que forman Mi religión monoteísta. Es famoso por haber dejado embarazada a la Vírgen María en una relación que, aunque zoofílica, resultó excepcionalmente pulcra e inmaculada. Pero, al margen de eso, nadie sabe muy bien qué pinta tan soberbio palomo entre el elenco de dioses de Mi religión. Se trata de una figura vaga y auxiliar que se utiliza de forma un tanto caprichosa. Aunque la figura del Espíritu Santo parezca un puro regodeo en la credulidad del rebaño y que resulte completamente incomprensible y Absurda, además de completamente prescindible en Mi religión no es así, hijos Míos. Sin Él una religión monoteísta como la Mía se quedaría escaso de deidades. Por otro lado también es una figura necesaria para incrementar la cutrez transcendente que tanta devoción origina.
Eso no quita para que, por ser Mi estimado pichón tan fácilmente ridiculizable, Me decidiese a crear un pecado específico para atemorizar a todo aquel que tuviese la fácil tentación de hacer burla de Mi tan piadosa y mágica avecilla. El pecado imperdonable es aquel que, según la Biblia, se comete en contra del Espíritu Santo.

Por eso, os digo, todo pecado y toda blasfemia será perdonada a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu Santo, no será perdonada. Y si alguno habla contra el Hijo del Hombre, esto le será perdonado; pero al que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado ni en este siglo ni en el venidero.
En verdad, os digo, todos los pecados serán perdonados a los hombres, y cuantas blasfemias dijeren; pero quien blasfemare contra el Espíritu Santo, no tendrá jamás perdón y es reo de eterno pecado.
A cualquiera que hable mal contra el Hijo del Hombre, le será perdonado, pero a quien blasfemare contra el Santo Espíritu, no le será perdonado.

Quiero recordar que es el Espíritu Santo el que inspiró la redacción mitológica al servicio de la fe de las Sagradas Escrituras, así como su correcta interpretación subjetiva y colabora en las decisiones de los sumos pontífices desde los comienzos de Mi Iglesia, asegurándose de que sus dogmas y preceptos sirvan de sólido e inamovible referente al ser humano, por muchos cambios y bandazos que hayan dado y sigan dando estas verdades absolutas como consecuencia de lo inescrutable de Mis designios.
Para aumentar el prestigio de tan misteriosa criatura, a la vez que intentar paliar la gran incomprensión  y el desconocimiento que le caracterizan os quiero obsequiar con una imagen actualizada en la que se la puede ver tal y como es en su día a día.


Como puede verse en la imagen derrocha gracia santificante además de otras sustancias más viscosas. El animalito tiene fijación por hacer sus deposiciones en la estatua del hereje Charles Darwin, cosa que por otra parte es muy de comprender y alabar.
Por mucho que os cueste, dicha deidad columbiforme debe ser tan respetada y honrada como Yo Mismo, hijos Míos. Ahora podeís dirigirle vuestras suplicantes plegarias con mayor devoción si cabe.

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