viernes, 8 de febrero de 2008

El comienzo.

La idea de Dios es muy antigua. El ser humano se ha hecho preguntas de forma constante desde que tuvo capacidad para hacerlo. El hecho de no tener respuesta ni explicación para la multitud de fenómenos que os rodean pronto hizo volar la imaginación. Surgió así el misticismo, la visión de un mundo donde la magia y lo sobrenatural eran la explicación de prácticamente todo, desde lo más cotidiano hasta las grandes preguntas de la metafísica.
No fueron buenos tiempos para mí, se buscaban explicaciones muy de "andar por casa" para la multitud de fenómenos sin explicación de la vida diaria. El mero hecho de la existencia del Sol y de que éste desapareciese cada noche era algo para lo que había que hallar explicación y no importaba cómo.
Así fue creado el concepto de dios, un ser sobrenatural, que en sí mismo respuestas rápidas a todo lo que no las tenía. Pero había tal variedad e fenómenos inexplicables y tan cotidianos que había que repartir la carga. Se crearon así toda una pléyade de dioses en cada cultura. Eran tan cercanos que muchos coqueteaban con una naturaleza semihumana o semianimal.
Así que entonces nadie se percató de mí, la enorme ignorancia hacía muy fácil ver falsos dioses en el sol que nacía cada mañana, en el poderoso jaguar, la imponente águila o incluso, en el humilde escarabajo pelotero. Hacía falta que disminuyese la ignorancia, verdadero abono que hacía crecer dioses en cualquier lado.

2 comentarios:

el que clama en el desierto dijo...

Hola, perdona que haya tardado tanto en contestarte, he pecado y he estado pensando bastante (además de hacer exámenes) me gustaría recomendarte una lectura, es un poco árida pero creo que tiene rigor científico y explica muy bien de donde sale cada cosa.
El libro se llama Los orígenes hostóricos del cristianismo y ahí explica cosas tan curiosas como que existen restos arqueológicos de la época de Jesucristo que han sido encontrados donde dicer la Biblia que están, que si se traducen al arameo, los 4 evangelios dicen lo mismo, que es imposible que Cristo contase algo que oyó y le moló,y muestra los documentos que demuestran que Cristo existió.

El autor es Jose Miguel García
aDios

El Creador dijo...

Estimado feligrés, Yo te recomiendo la lectura de otro libro llamado "el espejismo de Dios", del demoníaco Richard Dawkins, en él se explica que la Biblia fue escrita muchos años después de la muerte de Mi chaval Jesucristo. También habla de cómo los cuatro evangelios oficiales fueron escogidos entre una docena simplemente a dedo por ser los más "creíbles". En alguno de los descartados se habla de un Cristo que abusaba de sus poderes como un hada malvada, transformando en cabras a sus amigos entre otras cosas. Todos tienen el mismo valor histórico que es el de simples leyendas. Otros libros recomendados son "La Historia Detrás de Quienes Cambiaron el Nuevo Testamento y Porqué", escrita por un académico bíblico estadounidense llamado Bart Ehrman y habla de la incertidumbre que oscurece los textos del Nuevo Testamento. Éste descarriado miembro de Mi rebaño describe la trayectoria de fanático creyente de la Biblia hasta el escepticismo. También la "versión no autoriazada" de la Biblia de Robin Lane Fox, y "la Biblia secular". De Jacques Berlinerblaus "Porqué los No-Creyentes Toman en Serio a la Religión".
También es curioso cómo los errores de traducción del arameo hacen que "almah" que significa mujer jóven se tradujese al griego como "parthenos" que significa virgen, dando así al un mito convertido en dogma de fe.
El hecho de que ciertos detalles históricos, como la existencia de Mi chaval Jesús, puedan ser ciertos, no significa que las escrituras sean fiables. La simple existencia de esa persona no prueba nada. Yo tengo la certeza de la existencia de Rappel, pero me parece cuanto menos dudosos sus pretendidos e indemostrados poderes. Aún suponiendo, además, de que Mi chaval autoproclamase su divinidad eso no prueba nada, ya que es muy fácil confundir la realidad con la leyenda, desde luego que mucho más que la existencia de fenómenos mágicos. De hecho, magia y leyenda son amigos inseparables.
Aún haciendo un uso desmedido de la credibilidad para aceptar como fiables los textos bíblicos, nada justificaría el hecho de creerse las historias de Mi chaval y no hacerlo con las de Mahoma o cualquier otro personaje de las innumerables religiones existentes. Y si la incompatibilidad ente ellas es una seria pega, un intento de integrarlas demuestra una tendencia obsesiva por creer en cualquier cosa, quedando una religosidad atávica al gusto del consumidor.
Por eso, querido desertícola, es mejor evitarse éstos razonamientos inconvenientes para la religión y dedicarse al pleno disfrute de la fe.

Difunde Mi Palabra

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...