miércoles, 30 de abril de 2008

De como considerarse monoteísta con tres dioses reconocidos.

En entradas anteriores fui explicando el camino seguido por las religiones antiguas paganas e idólatras desde su primitivismo inicial, en un progreso del conocimiento y la razón hasta llegar a descartar la infinidad de dioses politeístas existentes para quedarse con uno sólo. Es evidente que el politeísmo solo puede tener sentido para alimentar la parte más irracional del pensamiento humano, que busca la respuesta a sus dudas existenciales y la satisfacción de su visceral necesidad de transcendencia en deidades "de andar por casa" pero ciertamente contradictorias en incapaces de resistir cualquier análisis lógico. Dicho sentimiento de atávico que tiene mucho de superstición sigue estando muy presente hoy en día, aun cuando el ser humano haya llegado mediante la lógica, a reconocer la superioridad monoteísta, la existencia de un dios en régimen de monopolio. Ese dios, evidentemente, soy Yo.
Llegados a este punto tengo que analizar las acusaciones que podrían hacerse acerca del misterio de la Sagrada Trinidad (un sólo Dios en tres personas distintas):
- Es cierto mi religión puede parecer una chapuza de monoteísmo y que sucumbe a las mismas incongruencias y contrasentidos de las religiones politeístas.
- Es un hecho que tanto judíos como musulmanes consideran al cristianismo como un falso monoteísmo.
- Podría extraerse la conclusión de que se recurre a la atávica necesidad humana de cercanía a sus deidades y de idolatría que podría calificarse de "visión religiosa folclórico-pachanguera".
- Dicho sentimiento ciertamente existe y se ha usado por todas las politeístas, pero nunca ilícitamente por la mía, por mucho que pueda parecerlo el que un Dios omnipotente nos envíe a su hijo para revelar que son tres pero solo uno.
Ante estas aparentes contradicciones tengo que aclarar que:
- El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana, pues es el misterio de Dios en Sí mismo. Por ser dogma de fe tiene que ser irremediablemente aceptado por quien se considere cristiano. Así es porque a Mí me da la gana que sea.
- Se denomina misterio porque no puede ser comprendido mediante el uso de la razón. Es completamente ilógico el que Yo, mi chaval Jesucristo y el tal Espíritu Santo seamos tres personas diferentes pero solo una. Se pueden hacer innumerables esfuerzos para realizar un cierto acercamiento desde la razón mediante metáforas pero el caso es que no tiene sentido, os lo creéis y punto, que para eso está la fe.
- La razón puede servir para desenmascarar las primitivas religiones politeístas pero no debe usarse contra mi religión.
Sentid como mi amor os llena el corazón y mi fe os alumbra en la oscuridad racionalista que no podrá conmigo. Soy el único Dios que queda, soy el verdadero y soy tan moderno que escribo un blog.

domingo, 13 de abril de 2008

El miedo a la condenación como inestimable recurso.

En este vídeo Richard Dawkins, ese gran defensor del detestable ateísmo, contesta a una pregunta que le plantean al final de su conferencia.



La chica que hace la pregunta tiene razón en decir que posiblemente sea la que más fácil de responder le resulte a Richard pero para ella, que ha recibido el necesario adoctrinamiento, probablemente sea una cuestión de primer orden. El miedo a la condenación por no creer en Mí es un argumento muy útil en el adoctrinamiento temprano, evitando junto con su ya miedo innato y visceral a mi no existencia, la inconveniente aparición de razonamientos críticos que la alejen de la fe. Es eso lo que la provee de la admirable falta de objetividad necesaria para tener el valor de hacer esa pregunta. Lástima que en su encomiable actitud, caiga en el error de pensar que algo que ha sido tan eficaz para formar su forma de ver el mundo, puede ser también efectivo en quien se ha librado de los efectos del adoctrinamiento y contempla a todas las religiones por igual, considerando al suyo como uno más de todos los dioses que han existido y existen. Por desgracia ese hombre, como despreciable ateo, tiene una visión más amplia que quienes en el debate sobre la existencia de Dios, dan por hecho que su dios es el único posible, aquel del que lleva la impronta.
La respuesta ha sido pues, un baño de irreverente objetividad, demostrando que su Dios también puede ser visto desde el punto de vista que ve ella a los demás, incluyendo algunos que seguro considera ridículos. Es la ventaja que tiene aquel cuyos razonamientos no están limitados por el miedo a la condenación o a mi no existencia.
El consejo a mis fieles es que, por mucho que su iluminadora fe nacida del adoctrinamiento temprano les impida considerar a su dios como uno más de la ingente cantidad que se veneran o se han venerado, hagan un esfuerzo para ponerse en el lugar de quienes no tienen su suerte y pueden ver también a su religión como ellos ven al resto.
No solo hay que demostrar la existencia de un dios, hay que conseguir acertar con el dios correcto de todos los modelos existentes en el mercado. Ni que decir tiene que el único modelo verdadero de dios soy Yo, que soy un dios tan moderno que tengo un blog.

viernes, 11 de abril de 2008

Las estrategias frente a la insolencia de la ciencia.

Como ya he expuesto en anteriores entradas, la religión surgió como atajo para responder a todas aquellas preguntas del ser humano para las que no había una respuesta inmediata. Fué con el avance del conocimiento y el dañino surgimiento de la ciencia como las religiones dejaron de tener el monopolio para explicar el mundo. A medida que se iban explicando de forma racional los fenómenos naturales la religiones cedian terreno. Esto ocurrió pronto con explicaciones religiosas como el origen del día y la noche y no ha parado de ocurrir hasta nuestros días. Ante esta situación la estrategia de repliegue fue la única posible puesto que el saber es infinito y siempre se podría encontrar refugio en la falta de conocimiento para seguir justificando los principios religiosos. Ante esto las estrategias posibles eran y siguen siendo dos:

- Estrategia de enrocamiento. Durante mucho tiempo el repliegue fue de mínimos en una estrategia de acantonamiento en los límites de la ciencia que tuvo como consecuencia el constante avasallamiento de las explicaciones religiosas por las demostraciones científicas. El problema evidente que esto siempre ha planteado es que a aquellos en los que el adoctrinamiento no logró eliminar la capacidad crítica completamente, les resulta fácil darse cuenta de la clara estrategia de "salvar los muebles". Aunque hoy en día sigue habiendo desde ciertos ámbitos religiosos una férrea defensa de todos y cada uno de sus principios por muy insignificantes y absurdos que sean, esta estrategia de desprestigiar la ciencia está destinada al fracaso salvo que haya un giro inesperado en el avance de la cultura humana y se vuelva a menospreciar la razón, volviendo al tan otrora próspero oscurantismo medieval. El caso es que nos podemos ver ante posturas tan ridículas como la de un clérigo musulmán defendiendo recientemente en una televisión irakí el que la Tierra es plana.

- Estrategia de alejamiento de lo científicamente demostrable. Ante lo anteriormente expuesto es mejor sacrificar las posiciones menos valiosas y establecerse sólidamente allí donde el avance de la ciencia y del conocimiento es previsible que le cueste más tiempo llegar, porque antes se deben resolver un elevadísimo número de cuestiones previas. El punto débil de esta estrategia es que, aun cuando el avance científico no logre demostrar la falsedad de nuestros postulados, queda cada vez más clara la evidencia de que es posible el avance sin explicaciones sobrenaturales. La única solución para este problema es destacar las lagunas del conocimiento y recrearse en lo que hasta el momento se ignora para alegar que son pruebas de Mi existencia. La consecuencia de esto es que la sociedad se da cuenta de la oposición entre fe y ciencia. Ante esto es fundamental (como muy bien hacía el padre Jorge Loring en el último vídeo suyo puesto en este blog) decir hasta la saciedad que no hay contradicción entre fe y ciencia, intentado ocultar los ataques de la primera a la segunda e insistiendo en que tienen diferentes ámbitos de actuación. Como todos los pasos intermedios son utilizables como argumentos pero a la vez son prescindibles en un momento dado, siempre queda decir que las conclusiones a las que el avance de la ciencia conducirá con el tiempo es aquella posición remotamente lejana donde la fe se hizo fuerte. Con este sistema se justificaría mi existencia pero no mi religión, la católica apostólica y romana. Para esto último se ha de contar principalmente con la fe y por los razonamientos encauzados por la poderosísima y visceral necesidad de mi existencia convenientemente adoctrinada. Queda claro que esta es la estrategia seguida por la Iglesia católica.

Estas dos estrategias serán básicas para entender mis siguientes comentarios acerca de la Creación y las posturas surgidas ante el evolucionismo.

sábado, 5 de abril de 2008

La visceral necesidad de mi existencia.

Acerca de los continuos debates sobre mi existencia tengo que decir que evidentemente existo porque la mayor parte de la gente tiene la necesidad visceral de creer en mí.

- Soy una respuesta simple y fácil para explicar todo lo que no se entiende, evitando perder tiempo en la búsqueda de complicadas explicaciones.
- Soy una idea muy reconfortante porque alimento el ego humano diciendo que sois las criaturas más importantes del universo y que yo, su creador, os ama.
- Soy una excelente forma de que las personas logréis una trascendencia que es la que os garantiza vuestra inmortalidad. De esta forma se os aplaca el pánico a que vuestra existencia no tenga más valor que la del resto de criaturas vivas o inertes y el, más terrible aún, pánico a la muerte. La vida eterna es, por supuesto, gozosa.

Un requisito indispensable es creer que Yo soy bueno, si fuese malo ya no cumpliría ni la segunda ni la tercera misión y el concepto ya no resultaría útil.
Una vez que vuestra necesidad de que Yo exista cree todos los mecanismos de razonamiento necesarios para que vosotros os creáis lo que queréis creer, se puede elegir por cuál de todos los modelos de dios existentes en el mercado optáis (todos falsos menos Yo que tengo un blog) o, últimamente muy de moda, creaos uno propio a la medida de vuestras necesidades. Aunque me parezca deplorable la idea, admito que podría llegar a cumplir las funciones básicas el proliferante "algo tiene que haber" de quienes no encuentran acomodo en ninguna religión. Esto último supone una prueba, aun más evidente, de las funciones del concepto de dios anteriormente expuestas.


Por último es importante que tengáis siempre muy presente vuestra necesidad de mi existencia en cualquier tipo de debate acerca de ésta, porque al final todos nuestros razonamientos tendrán que estar limitados por ella.

Difunde Mi Palabra

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