miércoles, 8 de octubre de 2008

La Creación parte III: la obstinación frente a la razón.

Ante el brutal ataque racionalista iniciado en 1859 con la publicación de "El origen de las especies", una alarmante sombra de duda comenzó a cernirse sobre la tradicional concepción de creación según el modelo del Génesis. Pese a la burla y rechazo con que fue recibido el hecho de que la selección natural fuese el verdadero motor de una evolución incompatible con el relato bíblico, los argumentos esgrimidos por Darwin iban pronto a triunfar debido a su evidente lógica. Mientras mi sabia Iglesia se adaptaba al nuevo medio hostil, una parte de irreductibles cristianos seguía manteniendo sus trasnochadas posturas creacionistas, adoptando una clara estrategia de enrocamiento. Ésta precaria e insostenible postura en la que quedaron de interpretación literal de la Biblia, parecía condenarlos irremediablemente hacia la extinción religiosa por inadaptación. Pero de manera sorprendente, tras un largo periodo de letargo, en la actualidad se produce una proliferación inusitada de defensores del creacionismo principalmente en Estados Unidos. El movimiento recaba el apoyo de grandes fortunas, se rebautiza como "teoría del diseño inteligente" y pretende su reconocimiento como teoría científica. Pese a lo absurdo que pueda resultar el hecho de que la tierra tenga sólo unos miles de años, es digno de elogio el inmenso papel de reintroducción de la fe en los espacios donde se hallaba en franco retroceso. Resulta evidente que se ha sabido explotar de manera magistral la necesidad del pueblo norteamericano de considerarse elegido por Mi.
La argumentación lógica es muy básica e inconsistente pero realmente efectiva a la hora de conseguir defender y difundir de la verdad revelada. Puntos a tener en cuenta:
- Comenzando la casa por el tejado, dicha defensa requiere de un razonamiento inverso basado en un atajo intelectual básico del calibre del de "la teoría del relojero" y sus múltiples versiones simplificadas de "la causa primera" que pretenden demostrar mi existencia con la premisa básica de que hay una creación. Éste argumento es repetido hasta la saciedad obviando un hecho tan simple como es el que primero hay que probar que todo lo que existe es una creación. Los atajos obtienen gran aceptación y amplia difusión entre aquellos que gustan de bajos esfuerzos mentales así como entre aquellos a los que su fe limita y encauza todo razonamiento.
- Podría resultar un poco chocante el que, mientras la máxima pretensión creacionista en la actualidad es su reconocimiento como teoría científica, el primer argumento descalificativo que repiten como papagayos los admirables creacionistas contra el evolucionismo en cualquier discusión sobre el tema es que "es sólo una teoría". De forma muy sabia y, suponiendo que lo sepan, prefieren ignorar que la palabra "teoría" tiene un significado muy distinto en ciencia del de la vida cotidiana.
- Otra estrategia clave es intentar centrar el debate exclusivamente contra la teoría de la evolución, obviando que los postulados creacionistas entran complentamente en conflicto con los fundamentos de otras ciencias como la geología y la genética.
- Aunque reconozco que es realmente desternillante el motivo que se da para la inmensa cantidad de pruebas existentes en contra de la teoría creacionista es que las he puesto Yo para poner a prueba la fe de mis borreguitos.
- Todo está justificado para defender la creación de dos pipiolos primigenios engañados por un ofidio. Pero eso sí, por muy ridícula que sea la defensa del relato del Génesis, se debe ver visto como respetable.
- Los creacionistas ni se plantean siquiera el equiparar su modelo de creación con el del resto de relatos mitológicos de culturas primitivas, aunque sus argumentos pseudoracionales puedan servir para defender igualmente cualquiera de ellas.
Es incontestable que el creacionismo la logrado salir de su tradicional nicho ecológico y demuestra ahora sus cualidades como especie invasora. El secreto de dicha proliferación reside básicamente en el insaciable ego humano, ansioso de haber sido creado como una criatura superior. Ante tales cambios producidos en el entorno, parte de mi Santa Iglesia comienza tímidamente a acercarse de nuevo a las posturas creacionistas.
Siendo yo "El Creador" es completamente comprensible que me caigan simpáticos ésta caterva de fanáticos descerebrados, por que al fin y al cabo, uno tiene su corazoncito.

3 comentarios:

irene dijo...

Ya tenía yo ganas de conocerte para decirte unas cuantas cositas, si eres tan omnipotente ¿por qué permites que casi todo me salga mal? y lo que es peor aún, a otros todavía les sale peor, a ver si haces algo por los más desfavorecidos, pero claro, si estás en todos los sitios... yo he oído decir que el que mucho abarca poco aprieta.
Así que eres humano ¡que aburrido!
En fin, te perdono, yo sí que soy buena, un abrazo, Creador.

Gracchus Babeuf dijo...

El concepto de blasfemia blinda a los creacionistas contra todo ataque. No puedo reirme descaradamente de los mitos que defienden, porque sería un maleducado, que no respeta la fe ajena. Lo has organizado muy bien, oh, Señor del Universo.

lm dijo...

¡¡ Papaito, papaito !! Otra vez están criticando tu creación:

http://piensa-luegoexiste.blogspot.com/2009/04/los-errores-del-creador-el-babirusa.html

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